miércoles, enero 07, 2009

Pasajes Oníricos

Aburrimiento, fastidio, tedio. Sensaciones que caracterizaron mi adolescencia.
Primer corte, salgo a la luminosa calle y de manera fortuita veo en la acera opuesta a la que me encuentro a una chica del remoto pasado; risas familiares se alborotan y alebrestan tan chilangamente como es posible.
Las clausuro cerrando la puerta tras de mi; cruzo la calle y me acerco a ella.
-¿eres --------?
-Sí
Luego de contestar y esbozar una ténue y desencantada sonrisa -desencantada por no verse reconocida al 100%- se recompuso y siguió su camino a sabiendas de que le seguiría los pasos.
Muy pronto llegamos a su destino, parece que venía de algún tipo de campamento o evento deportivo.
No resultaron confusos ni su semblante cambiante, de moreno trigueño a blanco pálido, ni la mutación de su cabello, de ligéramente encrespado castaño claro a lacio castaño oscuro.
Su mirada coqueta prevaleció todo el tiempo, y era todo lo que uno tenía qué ver.
Ya en su casa, la televisión estaba encendida.
No puedo recordar sobre qué charlábamos o si lo hacíamos... El tiempo saltaba de un punto a otro sin reparar en las inconsistencias argumentales.
Me senté en uno de los bancos rojos que tenía en la barra de cafetería aledaña a su sala, sus pequeñas manos tocaron mis hombros... ¿De qué se trata esto?
Me replegué... hablamos sobre el pasado que no tenemos en común y el presente que menos aún.
Ahora yo sonreía, lo sentía en la tensión de mis mejillas...
Ante la distancia franca entre nosotros, ella recurrió al carnicero que estaba tras de la barra.
"Esto sí es lujo" pensé, mientras el carnicero particular tomaba nuestras órdenes.
No recuerdo qué pedimos, pero es un hecho que todo comedor de carne apreciaría tener carne fresca en casa... Es como en "La cocina del hombre" que diseñó el hombre herramienta alguna vez...
Mientras tanto, ella se aligeró de ropas... Retiró el exceso de prendas de vestir que difusamente cubrían su cuerpo; no estoy seguro de cómo vestía, no reparé en ello hasta este momento. Lo mismo podría haberse estado vistiendo de nuevo. Lo relevante no era qué traía y qué no, sino el juego de velos y desvelos que se hizo manifiesto en ese momento.
Su juvenil mirada se encontró con la mía, ella se flexionaba estirando una pierna sobre el asiento de uno de los bancos rojos de la barra como haciendo un innecesario ejercicio de calistenia... Si esto tuviese órden diríamos que estaba quitándose un pants y quedando sólo en blusa deportiva y los shorts que tenía debajo... Claro y los tenis blancos... Eso sí lo recuerdo puntualmente... Era innecesario para desvestirse hacer tales movimientos pues...
"No es preciso que hagas esos movimientos seductores" -apunté-
"Pero... ¿a quién quieres seducir?"
Miré al carnicero que sonreía con complicidad, luego de un instante, y juzgando que era yo demasiado güey me apuntó discretamente con el dedo diciendo "¡tú!, ¡a ti!"
Los asuntos de la carnicería pasaron a segundo plano, de pronto estábamos en su sala... Su semblante tan espigado, delicado, menudo, discreto parecía irresistible... Aunque muy francamente y con impasible serenidad todavía me podía resistir...
De pronto estábamos muy cerca
"Es que me gustas tanto"
Dijo, un ténue beso en la mejilla mordiendo la comisura de los labios.
"Poste"...
Se abren las puertas a la luminosa calle.
Es todo.





Otro coquetísimo video: Kylie Minogue "In your eyes"

1 comentario:

Námaste Heptákis dijo...

"Chilangamente", no lo había pensado. Lo comenzaré a usar.