miércoles, agosto 06, 2008

Sobre la necesidad de un amor desesperado (I)

Los siguientes posts que publicaré constituyen un ensayo que se titula "Sobre la necesidad de un amor desesperado", recién lo escribí atendiendo la invitación que el buen Salvador Gallardo me hizo para publicar en una revista llamada Tierra baldía; no sé si me publiquen ahí, pero ya hice el escrito y antes de enviarlo a Salvador lo compartiré con ustedes, publico fiel y conocedor, aprovechando para echarle un ojo a los detalles del texto. Supongo que serán tres o cuatro Posts, no lo sé, lo que sí es que hasta tiene su propia etiqueta el asunto este, ojalá les resulte de interés.

I. Dos tipos de amor y las formas del drama

Sólo un tonto, un necio, un insensato, preferiría el amor efervescente de la adolescencia respecto al amor serio que se presenta en la madurez, el que no es ya un capricho sino una predilección distendida en el seno de un alma serena.

Embriagado por las hormonas, por las ansias de vivir, ginebra nada barato y las luces de la ciudad es fácil para el insolente que las estrellas de la noche parezcan menos brillantes. Es fácil jurar amor eterno cuando los alcances de la eternidad oscilan en espacios análogos a los linderos de la zona conurbada: No es un concepto sino un término más bien vacuo e irrisoriamente chato.

Los literatos a través de la historia se han entretenido con las emociones de su audiencia, muero de envidia cada vez que veo cómo con sus dramas hacen alarde de su destreza, manipulando tan sofisticado juguete. En el caso de los cómicos, se yerguen victoriosos como domadores de su audiencia, desnudandoles de sus pretenciones y evidenciando que no son sino una horda de micos; en cuanto a los trágicos, cada hilo se mueve pensando en que el espectador contemple una explosión de patetismo y se conmueva, que recuerde el temor de Dios o lo conozca. La gente sana y suficientemente poco pedante se presta a la ludicidad del drama. Sólo espíritus carentes de disposición, anímica o intelectual, o aquellos imposibilitados por sus ferreas pretensiones se resisten a reír o conmoverse ante un buen drama.

Continuará...

Esa fue la primera parte, mañana... ¡Pues la segunda! Los dejo con un video de Oasis, la canción "Supersonic", que en este caso representa la efervescencia de la juventud; una cosa muy buena es que uno puede serenarse y seguir disfrutando... Sí, casi todo lo que existe es bello... Hasta mañana pues.


"I´m feeling supersonic, give me gin & tonic, you could have it all but how much do you want it?

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